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lunes, 22 de septiembre de 2014

Gibraltar, británico con acento andaluz

El Campo de Gibraltar tiene la peculiaridad de contar en su territorio con la última colonia en suelo europeo. Gibraltar es un bocado de Londres en este vértice de Andalucía, donde se mezcla la tradición británica con el tipismo español. El Peñón corona uno de los extremos de la bahía de Algeciras. España cedió Gibraltar al Reino Unido en 1713 mediante el Tratado de Utrecht. Desde entonces la disputa para recuperar dicho territorio ha sido constante, lo que no ha evitado que se establezca una peculiar relación de vecindad entre la comarca y la colonia británica. 


Gibraltar cuenta con la cuarta mayor renta per capita del mundo, lo que contrasta con el alto nivel de paro que persiste en las localidades españolas vecinas. El Peñón, por su situación de territorio de ultramar, dispone de ventajas fiscales que han relanzado su economía. España la considera un paraíso fiscal, si bien ya no figura en la lista negra de los organismos internacionales. Multitud de empresas de juego on line tienen su sede en Gibraltar. Asimismo, muchas personas cruzan la frontera a diario para comprar tabaco, alcohol u otros productos más baratos que en España. Esto ha motivado que en los últimos años el Gobierno español haya redoblado los esfuerzos contra el contrabando en la frontera, con controles más férreos que provocan a veces largas colas para entrar o salir del Peñón. 

Gibraltar acoge al año a unos 4 millones de turistas. Muchos de ellos llegan en cruceros atraídos por sus tiendas, su aire británico y su geografía. Una de sus estampas más características es la de los monos que habitan en la cumbre del Peñón, al que se puede llegar en coche o en teleférico. Las vistas desde allí son magníficas, ya que se puede contemplar toda la bahía, el Estrecho y África. Del mismo modo, son muy visitados los túneles construidos durante las guerras dentro de la Roca o sus cuevas con hallazgos prehistóricos.